La costa occidental de Cerdeña
La provincia de Oristano es un escenario en el que se alternan oasis naturales (WWF y LIPU) pueblos nurágicos, costas recortadas y minúsculas bahías escondidas, civilización romana e historia púnica. La península del Sinis constituye un rincón encantador de naturaleza salvaje suspendida en el blanco paisaje pétreo en el que se despliegan dunas de arena salpicadas de verdes manchas de arbustos encajonados en torno a restos nurágicos para dibujar una costa que desde Capo Mannu se proyecta hacia el Golfo de Oristano.
Se erige aquí la fabulosa basílica de San Juan de Sinis, imponente construcción con cuerpo de cúpula de finales del siglo V, y después Tharros, la legendaria ciudad púnica con todas sus maravillas que te recibe desplegando sus antiguos senderos pavimentados que primero fueron de los fenicios y después de los romanos. En 1070 la ciudad fue abandonada por las incursiones sarracenas que desde hace tiempo habían perturbado la tranquilidad de sus habitantes, así se trasladaron al interior amparados por los abundantes estanques, fundando la ciudad de Oristano.
La primera impresión que se tiene de Oristano es que todavía pertenece a Eleonora, la heroína jueza de Arborea que desde 1383 a 1404 gobernó el destino de este territorio llevándolo a la hegemonía de los aragoneses y uniendo su nombre a la carta Delogu, evolucionado códice en lengua sarda que se extendió a toda la región y todavía hoy día, para muchos, sus normas se tienen en consideración pese al paso del tiempo.
Característica peculiar de esta ciudad medieval es la manifestación que desde hace más 500 años se lleva a cabo durante el carnaval “SA SARTIGLIA”, competición ecuestre organizada por las antiguas corporaciones (Gremios) de campesinos y de carpinteros. Tierra de espléndidas construcciones y de antigua cultura, pero también de viñas de grandes sabores: botarga, vernaccia, pescado, crustáceos, fruta, etc., son los sabores inconfundibles de nuestra zona.
El pueblo Spinnaker emplazado en Torregrande en el corazón del Golfo de Oristano, situado en los alrededores de la playa de Torregrande, se encuentra sumergido en este paisaje de historia, tradiciones y sabores, ofreciendo un servicio de acogida y máxima hospitalidad a sus visitantes, garantizando a los mismos la posibilidad de vivir cerca y consumir las frutas y los perfumes de esta fantástica tierra.